La prosificación como una estrategia para la comprensión

Si bien el Literatura procuramos que los estudiantes despierten o desarrollen el goce estético, también somos conscientes de que en el arte de expresarse por medio de la palabra -algo que seguramente no es igual en otras artes como la pintura o la música- no habrá disfrute sin comprensión.

Trabajo plástico que acompañó la prosificación de "El ángelus" por el equipo aquí citado.

Trabajo plástico que acompañó la prosificación de «El ángelus» por el equipo aquí citado.

Una estrategia a menudo usada consiste en prosificar, es decir, luego de buscar en el diccionario y armar las fichas de léxico de los términos desconocidos (con significado apropiado al contexto, conceptos asociados, sinónimos y antónimos), viene la etapa de volver a escribir el texto original pero evitando las figuras propias de la escritura en verso (como por ejemplo el hipértabon o alteración del orden lógico de las palabras en la oración) sustituyendo todos las palabras que sea necesario por expresiones familiares.

La tarea suele reportar, además de la comprensión del significado global del texto, la toma de conciencia sobre la elaboración que tiene detrás todo texto poético y los respectivos méritos de su autor.

Entre los poetas a analizar cuya obra se presta para esta actividad, está uruguayo Julio Herrera y Reissig. He aquí algunos ejemplos de prosificaciones de sonetos de «Los éxtasis de la montaña» hechas por estudiantes de los terceros años de ciclo básico de enseñanza media del Colegio y Liceo «Nuestra Señora del Rosario», Paysandú, Uruguay.

El despertar (texto original)

Alisia y Cloris abren de par en par la puerta
y torpes, con el dorso de la mano haragana,
retréganse los húmedos ojos de lumbre incierta
por donde huyen los últimos sueños de la mañana.

La inocencia del día se lava en la fontana
el arado en el surco vagaroso despierta,
y en torno de la casa rectoral, la sotana
del cura se pasea gravemente en la huerta.

Todo suspira y ríe. La placidez remota
de la montaña sueñan celestiales rutinas.
El esquilón repite siempre su misma nota

del grillo de las cándidas églogas matutinas.
Y hacia la aurora sesgan agudas golondrinas
como flechas perdidas de la noche en derrota.

Prosificación hecha por Bernardina Pino, Marinés Meyer, Yamila Fedorchuck, Nicolás Villavicencio:

Alisia y Cloris despiertan perezosamente, abren de par en par la puerta, resfregándose los ojos. Recién está amaneciendo.
El arado está a la espera de que se empiece nuevamente el trabajo en el campo. Alrededor de la casa, el cura, muy serio, pasea por la huerta. El día se ve alegre y hermoso, parece que se viene una buena rutina.
Se escucha el sonido del cencerro, las inocentes charlas matutinas. Y hacia el amanecer atraviesan algunas golondrinas con sus cantos agudos.

La noche

La noche en la montaña mira con ojos viudos
de cierva sin amparo que vela ante su cria;
y como si asumieran un don de profecía,
en un sueño inspirado hablan los campos rudos.

Rayan el panorama como espectros agudos
tres álamos en éxtasis. Un gallo desvaría,
reloj de media noche. La grave luna amplía
las cosas, que se llenan de encantamiento mudos.

El lago azul de sueño, que ni una sombra empeña,
es como la conciencia pura de la montaña…
A ras del agua tersa, que riza con su aliento,

Albino, el pastor loco, quiere besar la luna.
En la huerta sonambula vibra un canto de cuna…
Aúllan a los diablos los perros del convento.

Prosificación a cargo de Ignacio Fumeaux, Jerónimo Urruty, Pedro Araújo, Nicolás Gastambide
Es una noche oscura y solitaria en la montaña, donde se crea un clima de temor, con vientos y ruidos extraños.
En el horizonte se observan tres álamos que parecen fantasmas.
Un gallo canta a media noche. La luna, que está llena, hace parecer grandes y hermosas a las otras cosas.
En un lago lindo y puro, un pastor de nombre Albino, que era loco, quiere besar la luna pensando que está en el reflejo del lago y cuando la va a besar, con el suspiro hace vibrar el agua.
En una huerta hay personas despiertas cantando una canción de cuna. Y como cuando hay diablos, los perros aúllan.

Otra prosificación del mismo poema, a cargo de María Eugenia Soler, Noelia Correa, Milagros Durán y Camila Placeres:
La noche en la montaña es muy solitaria, tanto como una cierva desamparada con su cría; y se escuchan ruidos extraños que parecen una clase de anuncio.
Se pueden ver fascinantes árboles en el panorama. El canto de un gallo se desacompasa con el reloj.
La luna proyecta en el suelo la sombra de los árboles sin provocar ningún sonido.
El lago forma el centro de la montaña. Albino, el pastor loco, cree que puede besar la luna que se refleja en el lago. En la huerta apenas se escucha un canto de cuna. Aúllan por temor los perros del lugar.

En este caso, el power point que acompañó la tarea que hicieron Agustín Lobato, Facundo Della Valle, Secundino Pardo Santayana y François Anciaux: la vuelta de los campos 3ero A

Por último (aunque se podrían dar al menos 7 ejemplos más) este trabajo con «El ángelus»:

Salpica, se abre, humea, como la carne herida,
bajo el fecundo tajo, la palpitante gleba;
al ritmo de la yunta tiembla la corva esteva,
y el vientre del terruño se despedaza en vida.

Ímproba y larga ha sido como nunca la prueba.
La mujer, que afanosa preparó la comida,
en procura del amo viene como abstraída,
Dando al pequeño el tibio, dulce licor que nieva.

De pronto, a la campana, todo el valle responde:
la madre de rodillas su casto seno esconde;
detiénese el labriego y se descubre y arde

su mirada en la súplica de piadosos consejos.
Tórnanse al campanario los bueyes. A lo lejos
el estruendo del río emociona la tarde.

Prosificación a cargo de Catalina Caillabet, Gabriel Martínez, Natalia Alderete:

La oración
La tierra abierta deja salir el polvo que se dispersa en el aire. Al paso de la manada de bueyes, vibra la pieza curva y trasera del arado. El centro del trozo de tierra se deshace.
El trabajo fue cruel y extenso. La mujer (que preparó la comida con dedicación) espera a su marido; mientras le da a su hijo la dulce leche materna.
En cierto momento, toda la población actúa ante el sonido de la campana: la madre, con respeto, su limpio pecho esconde; el trabajador se detiene descubriendo con su intensa mirada, pide “por favor” compasivos consejos. La manada se vuelve hacia el campanario.
Lejos de allí, el ruido del río hace más emocionante a la tarde.

Leyendo a Juana de Ibarbourou

Juana de Ibarbourou en imágenes:

LA HORA
Tómame ahora que aún es temprano
y que llevo dalias nuevas en la mano.

Tómame ahora que aún es sombría
esta taciturna cabellera mía.

Ahora que tengo la carne olorosa
y los ojos limpios y la piel de rosa.

Ahora que calza mi planta ligera
la sandalia viva de la primavera.

Ahora que en mis labios repica la risa
como una campana sacudida aprisa.

Después…, ¡ah, yo sé
que ya nada de eso más tarde tendré!

Que entonces inútil será tu deseo,
como ofrenda puesta sobre un mausoleo.

¡Tómame ahora que aún es temprano
y que tengo rica de nardos la mano!

Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
y se vuelva mustia la corola fresca.

Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿no ves
que la enredadera crecerá ciprés?

CENIZAS

Se ha apagado el fuego. Queda sólo un blando
montón de cenizas,
donde estuvo ondulando la llama.

Ahí tienes, amigo, hecho porción quieta
de polvo liviano,
a aquel pino inmenso que nos dió su sombra,
fresca y movediza, durante el verano.

Tan alto, tan alto, que pasaba el techo
de la casa mía,
Si hubiera podido guardarlo en dobleces,
ni en el arca grande del desván cabría.

Y del pino inmenso ya ves lo que queda.
Yo, que soy tan pequeña y delgada,
¡qué montón tan chiquito de polvo
seré cuando muera!

 

VIDA GARFIO

Amante: no me lleves, si muero, al camposanto.
A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente
alboroto divino de alguna pajarera
o junto a la encantada charla de alguna fuente.

A flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra,
donde el sol me caliente los huesos, y mis ojos,
alargados en tallos, suban a ver de nuevo
la lámpara salvaje de los ocasos rojos.

A flor de tierra, amante. Que el tránsito así sea
más breve. Yo presiento
la lucha de mi carne por volver hacia arriba,
por sentir en sus átomos la frescura del viento.

Yo sé que acaso nunca allá abajo mis manos
podrán estarse quietas.
Que siempre como topos arañarán la tierra
en medio de las sombras estrujadas y prietas.

Arrójame semillas. Yo quiero que se enraicen
en la greda amarilla de mis huesos menguados.
¡Por la parda escalera de las raíces vivas
yo subiré a mirarte en los lirios morados!

ELEGÍA POR UNA CASA
¡ Ay espada del agua ya perdida!
¡ Ay rama de la mar que no contemplo!
¡ Ay viento, todo el día canturreando
sin la salobre fuerza en el aliento!
¡Ay viento de entre árboles, cortado
bajo retazos de menudos cielos ¡ 

Digo mil veces que me estoy ahogando
y sólo veo alrededor sonrisas.
Me estoy ahogando, vertical y en medio
de una avenida gris, ruidosa y lisa. 

Ni una huella de pez hiende los aires.
Y yo me muero de ansias marineras.
Tenía mi casa tres ventanas puras,
y en torno, piedras, y hasta el mar, arena. 

Aquí la tierra, ni siquiera es tierra;
no tiene azul, ni libertad, ni aurora.
Se han vuelto acero hasta las golondrinas,
y de hierro y estaño son las hojas. 

No veo ya la barba del verano,
ni el caballo de vidrio del invierno.
¡Un balcón a una calle toda tráfico,
Y un sol lejano, sin pasión, ascético…

 

Habla una alumna de Juana:

 

Juana de Ibarbourou habla sobre la creación literaria:

 

 

Prosificación para la comprensión

Cuando los nuevos estudiantes de Literatura se enfrentan a un texto escrito en verso y con vocabulario complejo, hay un ejercicio que ayuda muchísimo a la comprensión y es proceder a prosificar la poesía.

images   Comparto aquí la consigna presentada a alumnos de 3ero. de Ciclo Básico en relación a un poema de Rubén Darío, el texto original y una prosificación hecha por uno de ellos. En general, hubo unanimidad entre los estudiantes en que el ejercicio les permitió pasar de no entender prácticamente nada a quedar en perfectas condiciones para el análisis literario por haber logrado una perfecta comprensión del sentido.

SONATINA
Prosas Profanas
(Rubén Darío – 1893)
La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudoel teclado de su clave sonoro;
y en un vaso olvidada se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña, dice cosas banales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
-¡Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-,
en caballo con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor!

Consigna

Prosifica el poema «Sonatina» de Rubén Darío, procediendo de la siguiente manera:

Deja de lado el aspecto formal y redacta de la manera más clara posible, en prosa, lo mismo que dice el texto poético sustituyendo las palabras que no te son familiares por otras que uses cotidianamente.

Prosificación hecha por Lucas Londra, 3ero. C 2013 Colegio y Liceo Nuestra Señora del Rosario:

La princesa está triste. No sabemos qué le pasa.índice
Suspira con su dulce boca, la cual ya no ríe, está pálida. Se encuentra sentada en su lujoso trono de oro y ya no dice nada, está muda, se siente olvidada y que nadie la cuida.
El jardín está lleno de pavos reales, a los cuales no les da mucha importancia. La dama de compañía habla mucho y dice cosas poco importantes. Al lado de ella se encuentra un payaso vestido de rojo haciendo tonterías para divertirla.
La princesa ya no sonríe, está seria mirando el horizonte con poca esperanza de que ocurra algo que ella desea mucho.
¿Estará pensando en algún príncipe? Quizá en aquel que paró con su carroza plateada enfrente de su palacio para mirar la belleza de sus ojos. ¿O en algún rey con mucho dinero, o poderoso?
La pobre princesa de boca rojiza quiere ser libre para poder elegir su futuro, como las aves, y disfrutar de la naturaleza.
Ella ya no disfruta de los lujos del palacio, se quiere ir y nunca regresar. Todos están tristes por ella, los del Norte, los de Sur, Este y Oeste.
Está muy triste porque se siente encarcelada en su lujosa casa, rodeada de riquezas que no le dan alegría y vigilada por guardias, negros con lanzas, un perro y un dragón que le impiden salir. La princesa quiere tener el coraje suficiente como para cambiar su destino. Desea que su mirada se dirija hacia donde existe un príncipe que sea más brillante el que amanecer y más hermoso que cualquier otro príncipe.
El hada madrina le ordena hacer silencio y le dice que su príncipe está por llegar desde muy lejos para enamorarla y acompañarla.
Prosificación de Lucas Souza, 3ero C 2013 Colegio y Liceo Nuestra Señora del Rosario:
¿Que tendrá la princesa que está triste, que le salen suspiros de su dulce y roja boca?
Ella está triste y deprimida, sentada en su trono de oro, ya no dice nada, ya no
habla, se siente olvidada, que nadie se interesa por ella.
Su jardín que está lleno de pavos de todos los colores ya no le llaman la
atención. La dueña del jardín dice cosas sin sentido y su payaso intenta hacerla
reír.
La princesa ya no ríe se siente sola, está creando una ilusión para huir de la realidad o creando romances inexistentes. Ella quiere ser libre, poder elegir a su amor.
La princesa esta sin alegría, no quiere el palacio y nada que esté en él porque
en ese lugar, está presa de su propia condición.
¡Pobre princesa de ojos azules que está presa bajo su fortaleza, en el cual vigilan 100 negros con sus 100 lanzas, un perro flaco y largo con orejas caídas y un enorme dragón.Llega hasta a desear una desgracia griega como si esta pudiera le pudiera dar su libertad. Quiere cambiar esta realidad pero como no puede sigue triste.Ella adora a la tierra como el príncipe que habita en ella, se convence de que su deseada libertad viene de un casamiento real y transforma a su prometido en una imagen de sueños para suplantar su prisión.

Observación final

Ella esta tan obsesionada con la búsqueda de libertad que no puede ni siquiera apreciar las bellezas del palacio, diferentes jardines en cada uno de los puntos cardinales, la majestuosidad  de las columnas de mármol, la espléndida fauna y
hasta la seguridad ofrecida, ella los ve como los guardianes de su celda.

Todo sobre Rubén Darío

El poeta nicaragüense Rubén Darío escribió una página muy importante en la literatura universal, a punto tal que fue la primera vez en la historia de la literatura americana en que un movimiento literario (el Modernismo, por él iniciado) surgió en el Nuevo Continente y luego se incorporó por los europeos, revirtiendo lo que hasta entonces siempre había pasado.

Aquí tienes un enlace para estudiar su vida, su estilo literario, sus criterios poéticos:

http://www.los-poetas.com/a/biodario.htm

A continuación, algunos de sus poemas más famosos

SONATINA

 La princesa está triste… ¿qué tendrá la princesa?

Los suspiros se escapan de su boca de fresa,

que ha perdido la risa, que ha perdido el color.

La princesa está pálida en su silla de oro,

está mudo el teclado de su clave de oro;

y en un vaso olvidado se desmaya una flor.

 

El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.

Parlanchina, la dueña dice cosas banales,

y, vestido de rojo, piruetea el bufón.

La princesa no ríe, la princesa no siente;

la princesa persigue por el cielo de Oriente

la libélula vaga de una vaga ilusión.

 

¿Piensa acaso en el príncipe del Golconsa o de China,

o en el que ha detenido su carroza argentina

para ver de sus ojos la dulzura de luz?

¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,

o en el que es soberano de los claros diamantes,

]o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

 

¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa

quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,

tener alas ligeras, bajo el cielo volar,

ir al sol por la escala luminosa de un rayo,

saludar a los lirios con los versos de mayo,

o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

 

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,

ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,

ni los cisnes unánimes en el lago de azur.

Y están tristes las flores por la flor de la corte;

los jazmines de Oriente, los nulumbos del Norte,

de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

 

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!

Está presa en sus oros, está presa en sus tules,

en la jaula de mármol del palacio real,

el palacio soberbio que vigilan los guardas,

que custodian cien negros con sus cien alabardas,

un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

 

¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!

(La princesa está triste. La princesa está pálida)

¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!

¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe

(La princesa está pálida. La princesa está triste)

más brillante que el alba, más hermoso que abril!

 

¡Calla, calla, princesa dice el hada madrina,

en caballo con alas, hacia acá se encamina,

en el cinto la espada y en la mano el azor,

el feliz caballero que te adora sin verte,

y que llega de lejos, vencedor de la Muerte ,

a encenderte los labios con su beso de amor!

 

SINFONÍA EN GRIS MAYOR

 

El mar como un vasto cristal azogado

refleja la lámina de un cielo de zinc;

lejanas bandadas de pájaros manchan

el fondo bruñido de pálido gris.

 

El sol como un vidrio redondo y opaco

con paso de enfermo camina al cenit;

el viento marino descansa en la sombra

teniendo de almohada su negro clarín.

 

Las ondas que mueven su vientre de plomo

debajo del muelle parecen gemir.

Sentado en un cable, fumando su pipa,

está un marinero pensando en las playas

de un vago, lejano, brumoso país.

 

Es viejo ese lobo. Tostaron su cara

los rayos de fuego del sol del Brasil;

los recios tifones del mar de la China

le han visto bebiendo su frasco de gin.

 

La espuma impregnada de yodo y salitre

ha tiempo conoce su roja nariz,

sus crespos cabellos, sus bíceps de atleta,

su gorra de lona, su blusa de dril.

 

En medio del humo que forma el tabaco

ve el viejo el lejano, brumoso país,

adonde una tarde caliente y dorada

tendidas las velas partió el bergantín…

 

La siesta del trópico. El lobo se aduerme.

Ya todo lo envuelve la gama del gris.

Parece que un suave y enorme esfumino

del curvo horizonte borrara el confín.

 

La siesta del trópico. La vieja cigarra

ensaya su ronca guitarra senil,

y el grillo preludia un solo monótono

en la única cuerda que está en su violín.

 

LO FATAL

 

A René Pérez.

 

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,

y más la piedra dura, porque ésta ya no siente,

pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

 

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,

y el temor de haber sido y un futuro terror…

Y el espanto seguro de estar mañana muerto,

y sufrir por la vida y por la sombra y por

 

lo que no conocemos y apenas sospechamos,

y la carne que tienta con sus frescos racimos

y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,

ni de dónde venimos…!

 

¿Escuchar una radio EN tu cabeza?

Los estudiantes de 3ero. A 2013 del Colegio y Liceo Nuestra Señora del Rosario de Paysandú, leyeron y analizaron en clase el cuento «Muebles ‘El canario'» de Felisberto Hernández, y luego recibieron las  consignas relativas a: crear un audio que reflejara cómo sería la radio que el protagonista del cuento pasó a escuchar en su cabeza, o bien una imagen que transmitiera aspectos centrales del tema de la narración.

Aquí puedes escuchar los audios creados, ilustrados por las imágenes que otros equipos hicieron para responder a estas consignas.

Así se imaginaron la radio Josefina Capdevielle, Valentina Guido y Manuel Romero.

Escuchá esta versión de Catalina Indarte, Lucía Caraccio y Giuliana Tito Virgilio.

En este caso, Camila Masalles, Fausto Navadián y Cinthia Salto brindan su versión.

Juan Ignacio Musso, Federico Symonds, Alejandro Giano, entrevistan, publicitan, pasan música y a continuación de ello, Stefano Tagliani introduce un tanguito… que interpreta Agustín Salto.

Puede quedarte la duda de si tener esta radio en la cabeza no estaría bueno…. La crearon Lucas González, Nicolás Fujol, Giancarlo Mantuani.

Los dibujos que ilustran los audios fueron hechos por los equipos que integraron: Valentina Martínez, Milagros Mattiauda, Irina López, Melisa Bremermann, Camila Bianchi, Valentina De María,  Florencia Orellano, Georgina Sequeira, Antonella Penone, Isabella Fraschini, Andreína Piaggio, Elena Burjel. Se utilizaron además dibujos para colorear tomados de sitios de internet.

Felisberto Hernández

Felisberto Hernández comienza a escribir en la década del 20, cuando la mayoría de los escritores tenía un estilo realista y regionalista.
En Uruguay, la manifestación de este tipo de literatura se encuentra, entre otros, en la obra del narrador nativista Juan José Morosoli.
Felisberto Hernández marca una presencia nueva y diferente en la literatura uruguaya: introduce el tema ciudadano, crea relatos con un clima de sueños o irreal, introduce sucesos insólitos y extraños. Le importa más el acontecer interno que el externo, es decir, da más importancia a la impresión que reciben las personas de la realidad que a la realidad misma.
En muchos de sus cuentos hay datos procedentes de su vida, que él recuerda minuciosamente.
Cuento «El cocodrilo».

Cuento «Muebles ‘El canario'»

Cuento «Mi primer concierto»

Comentario sobre «El cocodrilo», el cuento más difundido del autor.